SALVACIÓN – ¿Qué se necesita para tener vida eterna?
¿Por qué seguir viviendo en la incertidumbre de saber si serás aceptado por Dios cuando mueras? El mensaje del Evangelio de Jesucristo (Las Buenas Nuevas) es simple porque Dios te AMA y Él ha provisto una manera para que tu puedas pasar la eternidad con Él!
Pero antes de que puedas ser limpio para estar ante la presencia de Dios, debes enfrentar tus pecados (actitudes, acciones y pensamientos impuros). Si quieres ser “salvo” del castigo de tus pecados (tus actos injustos) y así poder vivir para siempre con Dios, sigue estos cinco pasos para ARREPENTIRTE de tus pecados y recibir el PERDÓN que Cristo ofrece cuando lo haces a Él Señor de tu vida. Recuerda, que tu oración de arrepentimiento es sólo el comienzo de una NUEVA VIDA donde mueres a tus deseos pecaminosos y te levantas en el poder transformador de vidas de Su espiritu santo.
1. RECONOCE QUE HAS FALLADO: Admite que eres un pecador (alguien que ha desobedecido los estándares de Dios) y que ante Dios estás condenado y eres culpable por todas las cosas que has hecho que no fueron agradables ante Él. Debido a que todos pecamos (desobedecemos a Dios), la Biblia dice que la pena por nuestro pecado es la “muerte” y separación eterna de Dios.
- Romanos 3:23: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios.”
- Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
- Santiago 2:10: “Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda.”
2. LAS BUENAS OBRAS NO PUEDEN COMPENSAR LAS MALAS ACCIONES: Reconoce que Dios dice que el pago de nuestro “pecado” es tan grande que ninguna cantidad de “buenas obras” que hagamos pueden pagar el precio requerido para redimirnos de la sanción de nuestro pecado. ¡Las Escrituras explican que cualquier acción de justicia realizada como un intento por complacer a Dios, no es más que un “trapo de inmundicia”, de soberbia ante los ojos de Dios!
- Isaías 64:6: “Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia…”
- Efesios 2:8-9: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.”
- Romanos 11:6: “Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia. Pero si es por obras, ya no es gracia; porque en tal caso la obra ya no sería obra.”
- Romanos 3:28: “Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.”
3. JESÚS PAGÓ EL PRECIO: Únicamente Jesús, quien fue Dios encarnado (ver Filipenses 2:5-11), fue lo suficientemente digno como para pagar el precio requerido para que nuestros pecados sean perdonados. Por cuanto la salvación por nuestros pecados (i.e., la vida eterna) cuesta demasiado como para que nosotros seamos capaces de merecerla por nuestra buena conducta, Jesús pagó el precio COMPLETO que se requiere para que seamos liberados de nuestra deuda de pecado, de manera que podamos ser libres y se nos otorgue nuestra entrada ante la presencia de Dios. Por medio del pago sustituto que hizo Cristo por nuestros pecados con su muerte, Dios pudo continuar siendo justo (en requerir el pago completo por los errores que hemos cometido) y al mismo tiempo extender su amor y misericordia a nosotros. Cuando aceptamos el pago que Jesús hizo por nosotros, Dios nos concede inmediatamente el perdón por los agravios que hemos cometido (pasados, presentes y futuros) y nos hace espiritualmente limpios y aceptables ante Él, por medio de la sangre expiatoria de Cristo y a través de la obra renovadora del Espíritu Santo. Este regalo de la vida eterna es ofrecido “gratuitamente” a todo aquel que le acepte.
- Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
- Romanos 4:4-5: “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Versión Reina- Valera)
- Romanos 10:9-11, 13: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. … porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
- 1 Corintios 15:1-4: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.”
4. RECIBE EL REGALO GRATUITAMENTE AL ACERCARTE A JESÚS: Jesús nos ofrece gratuitamente su regalo de vida eterna a cambio de nuestro pecado, pero debemos ir a Él y aceptar su regalo antes de que su pago por nuestra deuda de pecado pueda ser aplicado a favor nuestro. Tú puedes recibir este regalo al orar directamente a Jesús. Pídele personalmente a Jesús que perdone tus pecados y que sea Señor (Dueño), Dios y Salvador de tu vida.
- Marcos 2:7, 10-11: “‘¿Por qué habla éste así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?’… Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico— A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”
- Juan 6:37: “Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo rechazo.”
- Romanos 10:9,13: “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo…porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.”
- Hechos 22:16: “…lávate de tus pecados, invocando su nombre.”
- Juan 10:27-28: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.”
Si quisieras recibir este regalo de vida eterna que Jesús te ofrece, ¿por qué no hacer esta oración de salvación que ponemos como ejemplo a continuación? Si gustas, puedes hacerla más personal al decirla con tus propias palabras. Recuerda, el poder no está en las palabras específicas de tu oración. Dios está escuchando atentamente la sinceridad de tu corazón:
“Querido Señor Jesús,
Vengo a ti reconociendo que soy pecador. He quebrantado tus leyes y no soy digno de estar ante tu santa presencia. Reconozco que la pena de mi pecado es la separación eterna de ti y que nada que yo haga puede remediar los errores que haya cometido. Acepto el precio que tú pagaste por mis pecados cuando moriste por mí hace tanto tiempo. Te pido en este momento, querido Señor Jesús, que vengas a mi corazón, que me perdones por todos mis pecados, y que seas mi Señor y Salvador. Te entrego el control de mi vida y recibo tu Espíritu Santo como señal de ser adoptado en tu familia. Gracias por derramar tu preciosa sangre por mí y reclamarme para la eternidad. ¡Te amo, Señor!
En el nombre de Jesús. Amén.”
5. TU VIDA ESTÁ SEGURA EN CRISTO: Si has orado para recibir a Cristo y has nacido de nuevo espiritualmente (siendo regenerado por el Espíritu de Dios), la Biblia explica que ahora le perteneces a Jesús y que has sido adoptado, fuera de la familia de Satanás, para entrar a la familia de Dios. ¡Bienvenido a la familia de Dios!
¡Entiende que, como hijo de Dios, estás para siempre seguro dentro de su familia! Así como no hay nada que tu propio hijo pueda hacer para separarse de la relación que tiene contigo como hijo o hija, así es con Dios. Una vez que has “nacido de nuevo” dentro de la familia de Dios, ¡ahora le perteneces a ÉL por toda la eternidad! Puesto que la pena por todos tus pecados, pasados, presentes y futuros ha sido expiada por la sangre de Cristo, ante los ojos de Dios eres justo, ya no están ante Él con tus indignos trapos de soberbia, sino que estás puro y sin mancha, cubierto por la preciosa sangre de Cristo. Su Espíritu Santo viene a morar dentro de ti y comienzas una nueva vida mientras Él transforma tu corazón desde adentro hacia afuera. Realmente, ¡de esto trata la Vida Eterna! Ahora que lo tienes, ¡lo tienes por la eternidad!
- Juan 5:24: “Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.”
- Juan 6:47: “Ciertamente les aseguro que el que cree tiene vida eterna.”
- Romanos 8:1: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús.”
- Romanos 8:8-9: “Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.”
- Romanos 8:14: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.”
- 2 Corintios 5:17: “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!”
Para la información adicional ve:
¿DEBERÍAMOS ORAR DIRECTAMENTE A JESÚS? — Si se nos anima a orar a Jesús, ¿cuándo deberíamos orar al Padre? (www.4jehovah.org)
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